domingo, 31 de mayo de 2015



Constelación


Nuestros ya cálidos cuerpos se acomodaban en aquel espacio de descanso finito que innumerables veces nos había permitido la comodidad del amor, así pues como hace unos minutos había acontecido, dejándonos en un placentero reposo lleno de miradas de amor y placer, donde poco a poco las palabras se fueron formando para emitir una charla del pensamiento más que del espíritu, sin embargo, mientras aquellas palabras se emitían con calma, mis parpados decidieron chocar frenéticamente, enviándome a un universo infinito y lleno de colores majestuosos, donde frente a mí, en aquel majestuoso espacio, pude visualizar dos hermosas constelaciones cada una independiente de la otra, unidas de manera personal por un mágico espectro de luz personal y sin pensarlo al verlas, pude comprender, quienes eran, y vi reflejado a este ser, junto a su amante, uno frente al otro, con movimientos imperceptibles e incomprensibles, salvo, por sus figuras unidas por aquellos colores, pude ver en ella, un cálido amarillo que jamás podría describir, así como en el pude distinguir un poderoso azul, que les daba la forma que mi mente me dejaba comprender, los vi enamorados y abrazados, navegando el espacio, donde en una segunda mirada, pude ver toda una galaxia, compartida entre ellos, como si estuviera incluso, dentro de ellos, como si fueran uno, un solo ser que no debía medir separaciones, que no debía medir palabras, caricias o amores, eran uno, pero eras dos, tenían algo incluso más poderoso que el amor, fue allí, absorto en aquella imagen espectral, que logre distinguir nuestros rostros y mirar, sentí una sonrisa recorrer mi ser, con las cuales unas tiernas palabras pude retener y volver, fue allí junto a ella, que me sentí feliz una vez más, contándole de a poco lo que había visto, lo que sentía, y lo que juntos, me gustaría lograr.


Jesús Todemun

jueves, 7 de mayo de 2015



Iluso


-¿porque estas enojada?
Pregunté iluso
-Conocí a tu ex
Respondió con la mirada perdida mientras una tonta sonrisa se asomó por mi rostro
-Esto es el adiós supongo entonces
-Supones bien
Respondió mientras prendía un cigarro
-Fue lindo mientras duro
Dije mientras me estiraba
-Fue lindo mientras duro
Replico mientras se marchaba, la nieve comenzó a caer, y podía ver como desaparecía en el infinito aquella mujer que sin pensarlo ilumino mi vida, inesperadamente un rayo cayó frente a mí, como la perfecta analogía de nuestro amor, una luz fuerte, estrepitosa, que todo lo ilumina, pero que al contacto daña, y al marcharse no deja más que una huella hermosa, pero desastrosa, casi al instante los alumbrados eléctricos estallaron y las chispas inundaron la creciente oscuridad que mi corazón exteriorizaba, la analogía de mi existencia no podía ser más perfecta, y a su vez, no podía ser más horrible, sin embargo allí estaba yo, de pie en la oscuridad, sin realmente comprender lo sucedido, maravillado y choqueado por el momento en el que existía, cuestionando la nada, y agradeciendo al todo, finalmente aun sin comprender lo que sucedía me senté en la vereda, y espere allí hasta el final del día, de todos modos, ¿Qué más podía suceder?.


Jesús Todemun

lunes, 4 de mayo de 2015



Paglianati 


Con una espantosa risa rompió el silencio de la oscuridad aquel payaso escondido a plena vista entre el blanco y negro de su rostro, cruzado con la sangre de una sonrisa.
-¿Que buscas pequeño infante?
Dijo solamente el imponente cumulo de telas, mientras acomodaba su acordeón [click en la palabra acordeón para escuchar la melodía del relato] esperando una respuesta del joven quien no parecía temer.
-¡Te traje vino!
Grito rápidamente el adolecente, disimulando el temblor en sus palabras, mientras el payaso comenzaba a tocar una melodía que no pertenecía al mundo de los vivos.
-Eso es en una mano
Dijo con una certera mirada, a lo cual el joven no tardo en entregar respuesta con clara ironía en sus palabras
-Una copa sucia en la otra para ti, pan sin fecha en mis bolsillos de albañil, un abridor para el vino en mi zapato de perejil
El payaso rio con estrepito una vez más, inundando el lugar con tenues luces que encendían al tacto de aquel sonido, mientras replicaba una vez más.
-El miedo perdido ya está puedo ver en tus palabras y oír en tu mirar, pero el vino solo no se abrirá
El hombre en movimientos calmados y determinados coloco una rodilla en el piso, mientras la copa se acomodaba y el abridor sacaba.
-¿Cómo se llama la copa joven intrépido?
Escucho el adulto cual susurro en su oído, manteniendo la calma mientras la botella de vino abría y servía.
-La copa esta vieja payaso, y nombre ya no le queda
Replico también con susurros mientras alzaba la copa
-¿Es entonces el vino quien viene con un nombre?
Pregunto el payaso mientras tomaba la copa con el sombrero sin dejar de crear melodía alguna de su instrumento.
-El vino es robado, y no etiquetado, mi buen músico de lágrimas inoculadas
Respondió mientras hacía suave reverencia buscando el pan en sus bolsillos.
-Sabe a muerte, y deja vida
Respondió el payaso luego de beber largamente de la sucia copa arrojándola a la eternidad mientras el anciano levantaba sus brazos entregando el alimento al sonriente portero, quien de sus manos lo consumía y respondía.
-Pues ya he tomado todo de ti, suspiro de vida, dime cual es el nombre y te entregare su vida
Una tos seca resonaba en el lugar mientras el anciano respondía y caía sin tiempo de dudar
-Es mi nombre el que quiero recuperar payaso, dame mi vida una vez más y cuando sea el tiempo volveré con más de aquel vino y pan.
-¡Tú insolencia no se tolerara más!
Respondía ofendido el payaso mientras en el piso el niño se acomodaba los zapatos
-Llegara el momento.
Respondió el niño mientras se marchaba y la risa del payaso finalmente se apagaba, las luces del lugar se dormían otra temporada con el llanto del aquel payaso quien su música nunca abandonaba.


Jesús Todemun

viernes, 1 de mayo de 2015



Gracias 

 
Me habría gustado saber tu nombre, tal vez me lo dijiste y no lo recuerdo, si recuerdo tu cabello, tu peinado, tu sonrisa y tu mirada, tu determinación era increíble y a pesar de los sacrificios realizados eras implacable, eras fuerte, y digna de admiración, en parte me alegra saber que fuimos uno, y me siento feliz de saber que me permitiste ver un poco de tu vida, sé que debió ser difícil aceptar la partida de tus padres, y complejo no poder estar ahí, creo comprender lo que trataste de decir, puedo sentirlo, no puedo decirlo, pero con algo así las palabras son un estorbo, como lo fueron toda tu vida, eras una mujer de acción, de decisiones rápidas pero calculadas, no dejaste nada al azar, y sin ti la vida de cientos no serían lo que fueron, me es difícil entregarte algunas palabras, y hago lo mejor que puedo para agradecerte, sé que el golpe fue duro, pero espero que lograras ser feliz, tal vez nadie lo merecía más que tú, gracias por entregarme lo más importante de esta vida, gracias de corazón, y espero volver a verte algún día, hasta siempre.


Atte. Jesús Todemun