viernes, 26 de diciembre de 2014



Vintage Blues

 
    En un día sábado, pasadas esas horas en las que la gente normal esta en las calles, me encontraba en mi tumulto de personas inusuales habituales ya para mí, escritores, poetas, pintores y músicos. Aquellos con alma de artista que ciertamente miran con desprecio las cadenas del mundo y con pasión se expresan contra ellas, ya sea con sus palabras, sus colores, o sus melodías; es aquí, en este punto, en este viaje sin rumbo, que me encuentro un local de buena música en la gris capital de nuestro país, allí algo me llama a entrar en este santuario y consumir elixir de melancolía una guitarra jugando con la desgarrante voz de un hombre que alguna vez trato de ahogar sus penas en una botella de algún licor de mala muerte. Un bajo que nos mantiene en un constante palpitar de sensaciones que no queremos comprender, un teclado que lleva nuestra mente a mundos fuera de orbita y una batería que nos recuerda el desenfreno constante de este mundo, una sencilla mezcla para aquella noche, una sencilla y perfecta mezcla que el grupo “Vintage Blues” ofrecía a su público.
Allí frente a nuestros sentidos, sin dudarlo nos encontrábamos en primera fila para disfrutar de este espectáculo de sensaciones que nos embriagaban lentamente con su melancolía desbordante en la amable tonada del blues. Mi compañero de aventura frente a la emoción de uno de los grandes en el under del blues consumió cuanto elixir pudo obtener, y en la estratosfera de su universo se le podía ver perdido de esta vida, simplemente conectado por las notas que Christian Orellana, Francisco Letelier y Nicolas Romero nos regalaban de las extensiones de sus cuerpos, llamados vulgarmente, “instrumentos”, tomando incluso momentos para reposar sus vidas junto a aquellos simples mortales que allí llegamos maniobrados por el plan divino de Robert Jhonson, pues no solo eran excelentes músicos estos buenos hombres, si no también excelentes personas, con los que podías obtener una charla agradable, además de uno que otro buen consejo en el complejo mundo de las artes. Jamás una mala cara, jamás una mala palabra, siempre una sonrisa, un sincero apretón de manos y una disposición completa a recibir junto a ellos quien pudiera expresar su existencia con el buen y viejo blues. Una noche para jamás olvidar, una noche con la cual poder soñar, una noche con buenas personas con las que siempre se puede charlar, Vintage blues es una muestra viviente de que aún queda buena música por conocer en nuestro andar, un grupo casi obligado para aquellos amantes de la buena música, solo queda decir que ¡las cartas están listas y los instrumentos afinados, ahora solo faltan los fanáticos desenfrenados! Larga vida al Rock&Roll.
Jesús Todemun

jueves, 4 de diciembre de 2014



Universo perdido


Suelta un grito
Cierra los ojos
Abre tus odios
No escuches ese ruido

Miremos el espacio
Con un grito que florece
Las luces del ayer
¿Y que es tiempo?
Si no una ilusión del mañana
Que jamás será hoy, sin ser ayer
Y es allí donde estamos
De dónde venimos
En que vivimos
Profundos y cegados
Sin comprender
Lo magnifico
De aquel grito que florece
Y que no ves
En aquellas palabras escritas
Que se van
Con el simple suspiro del gato negro
Que mira sin saber lo que sucede
Y que aun así es el dueño de todo esto
Siendo dueño de mí, y de ti
No podremos si quiera ver
Aquello que se nos avecina
En el universo de su mirada perdida.

Jesus Todemun