Llamada
Ella está allí sola y se siente excitada, siente deseos de un miembro,
siente deseos de amor, de brutalidad, de sexo sin límites, pero allí, está sola
y una vez más como cada noche comenzara un ritual uno de lujuria personal, comienza
a mover sus dedos, a relajarlos, a prepararlos, finalmente, ella esta lista,
pone su canción predilecta y comienza a jugar, a tocar, a acariciar, a
explorar, su mano se mueve sin parar, sus dedos tiene vida propia y es como si
solos supieran donde ir, que hacer donde tocar, como tocar y como si el
universo la mirara y sintiera su placer, comienza a ser acariciada, a ser
tomada y sin miedo siente como desde las sombras alguien la abraza, alguien la
besa, siente como su cuerpo se llena de mordidas, alguien le aprieta y ahora su
mano se aleja de ella misma, pues es una mano ajena quien comienza su ritual, una
más sutil, pero incluso con aun más pasión, comienza a sentir en su espalda
baja como algo crece entre sus nalgas, comienza a sentir los roces, ella juega,
se mueve, disfruta, anhela, pero no lo soporta más y se arroja, sus piernas
permiten que su jugoso trasero quede hacia donde deba quedar, él la toma, toma
sus nalgas y con una mano recorre su espalda, hasta que finalmente ella puede
sentir como el miembro desconocido se introduce en su vida y le da placer, placer
como nunca ha tenido, placer como siempre lo ha querido, comienza a gemir, comienza
a gritar, comienza a sudar, ella ya no está aquí, ya no más, los movimientos
son constantes, son fuertes, son firmes, son placenteros, ella ya no tiene más
en sí, su alma se escapa en una danza con el placer, quiere más cosas, quiere
jugar más, pero no puede, su cuerpo esta inmóvil aturdido por el placer, sus
ojos se van, ya ni ver puede, escuchar tampoco, su voz se acabó, solo queda el
sentir, el golpe constante, sus rodillas arden y mientras más sufre, mas
disfruta, cuanto tiempo lo anhelo, cuanto tiempo lo espero y finalmente el universo
la escucho y con emoción, el acto llega a su fin, su cuerpo no puede más, las
sombras se retiran y ella queda allí, tendida, tirada, usada, cansada, ahogada,
feliz !una lagrima recorre su rostro pues felicidad como esa espero largo
tiempo, y quien sabe quizás cuanto tendrá que volver a esperar.
Jesús Todemun