miércoles, 28 de diciembre de 2016



Mi cuerpo y su mar




Aquí estaba el otro día sentado mirando el mar mientras me desnudaba poco a poco… me gusta estar desnudo en la playa mientras nadie me ve, me gusta sentir la arena, el frio del mar y la sensación de la hipotermia que me acerca a la muerte, ver las estrellas e imaginar que muero por unos instantes, que puedo recordarlo todo y sentirlo todo una vez más, sus abrazos, sus besos, su caricias, su sexo, en especial su sexo, recuerdo aquellas noches que llegaba ebria a mi puerta buscando nada más de mí que mi cuerpo, ella sabía cuánto apreciaba un buen polvo en estado de inconciencia, por eso ella siempre llegaba con una botella extra bajo el brazo para mí, una botella que bebía sin espera, mientras ella me desnudaba en la oscuridad de mi fría habitación, llevándome a los límites de mi resistencia física y mental, donde de las maneras más horribles posibles, podía llegar a sentir a la muerte misma en mi espalda, susurrando mil nombres que jamás me importaron. Las mañanas siempre eran iguales, después de su paso sobre mí, la luz me acosaba, la sed me invadía, y la soledad me embargaba hasta la última de mis energías incluso para llorar su partida, jamás sabia cuando la volvería a ver, con el tiempo incluso deje de preguntármelo y finalmente comencé a disfrutarlo, pero fue allí, que ella comprendió que ya no podía lastimarme, fue allí, cuando ella dejo de disfrutarme… fue allí, cuando ella dejo de visitarme. Ahora desnudo finalmente una vez más como cada semana, abro mi botella de whisky barato y me recuesto en la arena, dejando que el mar me lleve una vez más, lástima que siempre me devuelva a tierra firme al terminar de llorar, algún día terminare con mi vida, algún día dejare de llorar, y espero tal vez algún día, volver a tomar su cuerpo y disfrutar, por ahora beberé mi licor, y llorare sin vacilar, de todos modos, bajo las estrellas con mi cuerpo desnudo, nadie se me acercara.