lunes, 22 de febrero de 2016


Vacaciones

Estaba yo en el negocio que suelo frecuentar cerca de mi casa comprándome algo para la resaca, cuando llego un tipo de la nada y me comenzó a agarrar a chuchadas, al principio no entendía que sucedía hasta que dijo algo sobre "su mina" ahí comprendí que de seguro podía ser el pololo de alguna de las muchachas con las que había mantenido relaciones íntimas (por no decir que me las culie) en los últimos 15 días (las mejores vacaciones de mi vida debo acotar), lo cual era un problema, pues durante esos 15 días, (además de pasármela con una borrachera increíble) había introducido sin asco alguno mi pene en al menos 7 mujeres distintas (o al menos 7 eran las que podía recordar, pues me asegure de que fueran mujeres antes de consumar el acto) sin embargo la caña en aquel momento no me permitía pensar con claridad, por lo que la idea de correr, o tratar de calmar al tipo, no eran factibles, sin embargo, en algún punto el desconocido finalmente dijo el nombre de su pareja, a la cual de hecho no me encule, única y exclusivamente porque el día que ella llego para “el trámite”, yo no le abrí la puerta pues de lo borracho me había quedado dormido en el baño mientras cagaba (a modo de consejo: jamás lleven su celular al baño cuando están ebrios y quieren cagar, o este podría terminar como el mío, dentro del inodoro incrustada en un mojón), al recordar esto comencé a reír, acto que rápidamente paso de ser divertido a doloroso, ya que antes que siquiera pudiera explicar algo, me encontraba en el piso siendo pateado por el desconocido, quien no satisfecho, antes de marcharse, orino sobre mí, jamás olvidare ese día, fue el no polvo más doloroso y pestilente de mi vida, jamás pensé que sería golpeado por no tirarme a la mujer de otro... karma... eres una perra.

Relatos de un mujeriego por Jesús Todemun

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