da, pero ya
sin alma, gimiendo con su último suspiro por piedad para acabar con su vida,
“no, por favor, no me lleves al hospital, no quiero mejorar, no quiero
recordar” podía leer el oficial en aquellos ojos que al verle dejaban desbordar
una pequeña lagrima de súplica para terminar con su sufrimiento. Muchas veces
el arma de Castillo se había disparado para acabar con algún criminal, pero
nunca para terminar con la inocente vida de un simple niño, quien sabe que
infiernos tuvo que pasar para quedar así, solo él los sabe, solo él los sabe y
ya pronto, nadie más.
Jesús Todemun
Trato de mi conflicto con la autoridad policíaca no influencie mi comentario, pués bien, creo que la historia tiene una buena narrativa, puede mantener la atención y es capaz crear una imagen visual-imginaria de la situación descrita.
ResponderBorrarEl uso del personaje del niño en ese cuadro, me perece un tanto amarillista, pero funciona !!!
T.