domingo, 21 de septiembre de 2014



Llamada


    Ella está allí sola y se siente excitada, siente deseos de un miembro, siente deseos de amor, de brutalidad, de sexo sin límites, pero allí, está sola y una vez más como cada noche comenzara un ritual uno de lujuria personal, comienza a mover sus dedos, a relajarlos, a prepararlos, finalmente, ella esta lista, pone su canción predilecta y comienza a jugar, a tocar, a acariciar, a explorar, su mano se mueve sin parar, sus dedos tiene vida propia y es como si solos supieran donde ir, que hacer donde tocar, como tocar y como si el universo la mirara y sintiera su placer, comienza a ser acariciada, a ser tomada y sin miedo siente como desde las sombras alguien la abraza, alguien la besa, siente como su cuerpo se llena de mordidas, alguien le aprieta y ahora su mano se aleja de ella misma, pues es una mano ajena quien comienza su ritual, una más sutil, pero incluso con aun más pasión, comienza a sentir en su espalda baja como algo crece entre sus nalgas, comienza a sentir los roces, ella juega, se mueve, disfruta, anhela, pero no lo soporta más y se arroja, sus piernas permiten que su jugoso trasero quede hacia donde deba quedar, él la toma, toma sus nalgas y con una mano recorre su espalda, hasta que finalmente ella puede sentir como el miembro desconocido se introduce en su vida y le da placer, placer como nunca ha tenido, placer como siempre lo ha querido, comienza a gemir, comienza a gritar, comienza a sudar, ella ya no está aquí, ya no más, los movimientos son constantes, son fuertes, son firmes, son placenteros, ella ya no tiene más en sí, su alma se escapa en una danza con el placer, quiere más cosas, quiere jugar más, pero no puede, su cuerpo esta inmóvil aturdido por el placer, sus ojos se van, ya ni ver puede, escuchar tampoco, su voz se acabó, solo queda el sentir, el golpe constante, sus rodillas arden y mientras más sufre, mas disfruta, cuanto tiempo lo anhelo, cuanto tiempo lo espero y finalmente el universo la escucho y con emoción, el acto llega a su fin, su cuerpo no puede más, las sombras se retiran y ella queda allí, tendida, tirada, usada, cansada, ahogada, feliz !una lagrima recorre su rostro pues felicidad como esa espero largo tiempo, y quien sabe quizás cuanto tendrá que volver a esperar.

Jesús Todemun

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