sábado, 19 de noviembre de 2016



Dignidad 


No comprendo, no comprendo, sinceramente no comprendo…

Me levanto por las mañanas algunas veces cansado y dolido por la resaca de la noche anterior, escapando de los intensos rayos de sol que por mi ventana se filtran sin compasión, debo tratar de comprender y encajar en esta sociedad, así que me arrimo a la cocina y me enjuago los dientes con el whisky más barato que puedo encontrar, aquel que es caro lo uso como excusa para beber sin parar cuando digo que debo escribir aunque no pueda nada avanzar, apretó mis ojos y trato de recobrar la compostura, pero aunque no lo desee escucho las bocinas de los autos fuera de mi casa, la gente se atormenta sin compasión para llegar temprano a sus cárceles obligadas, esas que creen pueden elegir esas con las que dicen poder ser dignos a final de mes, “el trabajo dignifica” me dice mi mujer diariamente cuando llega de trabajar, “no mujer” respondo cada vez, “el trabajo no te hace más digna ante los ojos de esta sociedad, ganar dinero es lo que tu exclamas como dignidad, compréndelo de una vez, te lo ruego amada mía, y por favor, déjate de webiar” la gente le mete cosas en la cabeza, le dice que soy un vago por no salir a laburar, pero en el fondo ella sabe que trabajo día a día sin parar, tal vez solo le molestan las botellas de alcohol repartidas por doquier en este hogar, se va gruñendo luego de eso, se va al baño, a ella le gusta llegar a cagar, ni eso tranquila puede hacer a donde va a trabajar, por eso no comprendo este mundo, tan horrible y sepulcral, te ponen en un lugar incomodo a hacer cosas que detestas pero las haces igual, nadie se ve feliz cuando tiene que trabajar, ni yo que amo lo que hago me siento feliz de sentarme en mi propio hogar a trabajar, por eso bebo, y bebo sin parar, para perder la conciencia de este mundo y olvidar que lo quiero explicar, esa patraña de comprender al mundo, ¿A quién quiero engañar? Aunque lo entendiera, nadie lo querría escuchar, porque a nadie le interesa realmente escuchar, todos quieren hablar, expresar y balbucear, así que digo adiós a toda esa mierda y abro otra botella de lo que sea que sea alcohol, mi objetivo es estar ebrio, ebrio y desinhibido, poder desnudo cabalgar en la conciencia de miles, y con mi sexo perturbar, ah… que placer aquel que obtengo al acariciar, aquellas mentes débiles y cansadas que se sienten dignas cuando con su sucio dinero compran mis palabras sin dudar, compren ¡compren! Su sucio dinero me hace digno para holgazanear, me hace digno para tomar, una que otra copa, hasta que la conciencia se extinga, hasta que la vida termine, hasta que mi sexo se acabe.


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